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Viñedos Verderrubí
En el año 2012, Verderrubí levanta su bodega a los pies de Rubí de Bracamonte, el pueblo que ha sido testigo de la historia de la familia Pita. Las instalaciones se construyen...
Año de fundación | 2012 |
Enólogo | Emilio José Pita |
Viñedo propio: | 63 / ha |
País | |
Regiones | |
Uvas |
Vino de Viñedos Verderrubí
Viñedos Verderrubí
En el año 2012, Verderrubí levanta su bodega a los pies de Rubí de Bracamonte, el pueblo que ha sido testigo de la historia de la familia Pita.
Las instalaciones se construyen muy cerca del terreno donde nacen sus vinos para que la vendimia pueda ser calmada. La recepción de uva es constante en las semanas de recogida, pero tranquila y cuidadosa. El transporte se hace en pequeños lotes que, tras su selección, se vinifican por separado en el momento exacto de madurez.
El enólogo Emilio Pita persigue la expresión más pura del terroir y trabaja con levaduras autóctonas que él mismo se encarga de seleccionar. La crianza se hace sobre lías en la totalidad de los vinos, lo que les dota de una estabilidad y estructura conseguidas de forma natural. Además, la madera es una de las principales fuerzas de su trabajo y el roble armoniza unos vinos complejos y longevos.
El carácter de los vinos de la familia Pita brota de la naturaleza de nuestros viñedos: 63 hectáreas situadas en el corazón de Castilla. La gran mayoría se localizan en La Cantera, una finca de 56 hectáreas en Rubí de Bracamonte.
Allí encontramos además una de las llamadas zonas ZEPA: un pago protegido a nivel europeo por la riqueza de su fauna. Es uno de los pocos lugares en el mundo donde podemos disfrutar del vuelo de una importante colonia de avutardas: el ave más pesada que es capaz de volar
El resto de nuestro viñedo, 8 hectáreas, se corresponden a La Bonera, la finca de donde sale su único vino tinto y que se asienta en Velascálvaro, también en la provincia de Valladolid. La distribución de estas parcelas condicionó completamente el diseño de la bodega. Después de un meticuloso estudio del terreno, se definieron las pautas de trabajo.
El suelo tiene la composición ideal para elaborar vinos que se caracterizan por su frescura en boca y su elegancia en nariz. De esta forma, la estructura comienza con un primer metro de profundidad arenoso-pedregoso; el segundo metro se compone de arcilla y, desde allí, la peña domina en el interior del suelo.
En nuestras bodegas se cuida cada detalle y se mima cada cepa, así que la bodega apuesta por vinos elaborados siempre con uva propia. Unos viñedos que se trabajan con exquisito cuidado y de los que se han conseguido obtener vinos certificados como ecológicos, gracias una vigilancia constante desde que surge el primer brote hasta la copa.