La propiedad, en manos de la familia desde hace cinco generaciones, fue establecida a principios del siglo XX por el bisabuelo de Bernadette, Amand Puyanché, quien murió en la Primera Guerra Mundial. Tras varias dificultades, su nieto André recuperó parte de las tierras vendidas y mantuvo la producción en una cooperativa. Bernadette y su esposo Joseph tomaron las riendas del viñedo, construyeron una nueva bodega y crearon su propio vino, "Château Puyanché". Hoy, sus hijos Margaux y Dorian están listos para continuar con el legado familiar.
