Sopla Poniente

En el año 2020, tres amigos apasionados del vino de Jerez: Carlos Jiménez López-Quecuty (Córdoba), Alfredo García Rider (Jerez) y Pepe Rodríguez de Vera (Albacete) decidieron crear un nuevo proyecto enfocado en localizar la parte oculta de Andalucía, aquella que por homogenización en algunas bodegas, por falta de rentabilidad, o por abandono o simplemente proteccionismo casi nunca pueden disfrutar los amantes del vino, por la dificultad y exclusividad que conlleva. Es ahí cuando realizan una constante labor de búsqueda de esos vinos que ponen los pelos de punta, y que intentan trasladar al mercado en sacas muy limitadas pero con mucha alma.

Sopla Poniente surge como la apuesta de Rodríguez de Vera, en colaboración con grandes bodegas de Andalucía, principalmente en el marco de Jerez y sus satélites. En este proyecto apasionante, su labor principal es la actuación como negociants en la búsqueda de joyas ocultas en diferentes bodegas con las que desarrollan un nuevo producto ensamblado por el enólogo Pepe Rodríguez de Vera. Después de la localización de las piezas necesarias para formar ese puzzle, consiguen llevar a otra dimensión un vino con el cual habían soñado antes. Buscan bota a bota dentro de las bodegas, algunas de las cuales abandonadas desde hace años ese vino en concreto que tiene unas características que reflejan lo auténtico, una personalidad diferente al resto de la solera que les hace sentar unas bases para ir uniendo piezas y conseguir terminar un trabajo complejo y muy personal que les emociona. Tienen acceso a las mejores sacristías, a botas únicas e históricas y a soleras antiquísimas que en cantidades muy limitadas pueden mostrar al mundo y descubrir esos vinos que no son habituales de comercializar.

Su filosofía es seleccionar las botas que han decidido que son especiales, y mantenerlas vivas con el paso del tiempo, por lo que sacan fracciones muy limitadas. Por lo tanto las sacas serán continuadas a lo largo del tiempo manteniendo la misma esencia y sin agotar la historia de un vino que no debe desaparecer. Su zona de actuación abarca Montilla-Moriles, Jerez, Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María, Chiclana, Lebrija, Rota...y todos aquellos lugares a donde les lleve el viento de poniente...