Pieropan

El prematuro fallecimiento de Leonildo Pieropan, en abril de 2018, no ha hecho más que evidenciar el protagonismo que la bodega de este asombroso visionario ha tenido en el renacimiento y consolidación del Soave. Un territorio volcánico de posibilidades excepcionales que se ha dado a conocer al mundo gracias, entre otros, a los Pieropan.

Esta renovación de la que hablamos ha traido consigo, en la bodega Pieropan, una nueva concepción, ágil y moderna, de la variedad garganega, pero también ha significado el reconocimiento de Soave como un territorio de grandes vinos, de largas crianzas y de grandes tradiciones. La Rocca es un símbolo innegable de este renacimiento de la denominación, un Soave envejecido en barrica de madera durante más de un año y que ya ha entrado en la historia de los vinos blancos italianos, ajeno muy a menudo a los blancos de guarda.

La Rocca toma su nombre de un fantástico viñedo sobre suelos arcillosos a los pies del castillo de la familia Della Scala, en Soave, y representa la puesta de largo de esta variedad autóctona, ahora con el rango de gran vino, solemne y opulento. Enumerar sus premios y reconocimientos es casi redundante y basta con probarlo para apreciar su marcada personalidad. De uvas maduras, es al mismo tiempo un vino fresco y con cuerpo, mineral, envolvente, sabroso, cálido... Todo, en una misma copa.

Y no olvidemos el Calvarino, procedente del viñedo homónimo, un vino directo, elegante y sutil, tal vez la representación más franca del terroir volcánico de Soave; otro vino de longevidad asegurada y que permite guardarlo incluso más allá de una década. Y si son amantes de la tradición del Recioto, Colombare es su vino. Un Garganega pasificado que se elabora a la vieja usanza para ser consumido en ocasiones especiales, con un buen pandoro, por ejemplo. Sus reminiscencias volcánicas equilibran magistralmente su suave dulzura.