Pheasant's Tears
Pese a que Georgia fue uno de los primeros pueblos de la humanidad en elaborar vino, en la actualidad, sus vinos raramente traspasan sus fronteras o las de los países vecinos como Rusia. Georgia posee...
Vino de Pheasant's Tears
Pheasant's Tears
Pese a que Georgia fue uno de los primeros pueblos de la humanidad en elaborar vino, en la actualidad, sus vinos raramente traspasan sus fronteras o las de los países vecinos como Rusia.
Georgia posee un patrimonio vitivinícola envidiable, entre el que destacan 35 variedades autorizadas (la mayoría, autóctonas) y el uso de técnicas ancestrales de vinificación como la crianza del vino en qvevri, recipientes de barro sellados con cera de abeja y enterrados en la tierra. La mayor parte de sus viñedos se encuentran en pendientes orientadas al sur, protegidas de los gélidos vientos del norte por la cordillera del Cáucaso y sus viñas producen algunos de los vinos más sorprendentes del mundo.
De entre todas las bodegas georgianas, una ha conseguido dar el salto al mercado internacional y llega pisando con una fuerza insospechada, se trata de Pheasant's Tears (las lágrimas del faisán), la bodega de John Wurdeman y Gela Patalishvili en Sighnaghi, en el extremo este del país. Fue en 2005 cuando John, un pintor americano llegado a Georgia siguiendo sus dos pasiones, el vino y el arte, conoció a Gela, un agricultor y viticultor georgiano cuya familia llevaba ocho generaciones produciendo vino. Coincidieron por casualidad mientras John pintaba una viña y pronto se fijaron un objetivo muy claro: elaborar vinos que preservasen las tradiciones ancestrales. Según una vieja leyenda georgiana, sólo un vino mágico podría hacer llorar de felicidad a un faisán y, con esa anciana ilusión, trabajan a diario en Pheasant's Tears.
Producen únicamente vinos naturales, con la mínima intervención y fermentando y criando los vinos en qvevri, tal y como ya se hacía en el 6000 aC. El qvevri posibilita mantener la temperatura constante durante todo el año de manera natural, permitiendo que sea el frescor propio de la tierra el que conduzca las fermentaciones.
Trabajan únicamente con variedades autóctonas, levaduras salvajes y con los mejores terrenos, con el único objetivo de producir uvas de calidad excelsa. Según los métodos ancestrales de vinificación georgianos, los raspones más maduros son añadidos junto con las pieles y las semillas, tanto en los tintos como en los blancos. El tiempo de maceración fluctúa dependiendo del varietal y del tamaño del qvevri, pero suele moverse entre las tres semanas y los seis meses.
El resultado de procesos tan genuinos son vinos incomparables, mayúsculos, que no han conquistado únicamente al equipo de Vinissimus, sino también a sumilleres tan reputados como Josep Roca, copropietario y sumiller de El Celler de Can Roca, quien dedicó un capítulo de su libro Tras las Viñas a los vinos de Pheasant's Tears.