Maison Ferraton Père et Fils

Las raíces de Maison Ferraton Père & Fils se encuentran en el viñedo del Hermitage. Es aquí donde la bodega inició una larga historia que habla del Valle del Ródano, cuna de variedades como la syrah, marsanne y roussanne, pero también de biodinámica, una elección que hoy se ha convertido en requisito indispensable para esta maison. Actualmente, todas las selecciones de parcelas del domaine se elaboran con uvas cultivadas según este principio, abarcando muchos de los terroirs al norte y sur de Côtes du Rhône, desde Côte-Rôtie hasta Châteauneuf-du-Pape.

Si la historia común entre la tierra y el hombre se teje de generación en generación, la de Maison Ferraton tiene su origen en 1946, cuando Jean Orëns Ferraton, enólogo e hijo de viticultor, escogió el soleado valle del Ródano para empezar a labrar la suya. Michel, su hijo, heredó su pasión y decidió darle una nueva dimensión a la viña paterna. Con el apoyo de Michel Chapoutier, personaje muy próximo a la familia que aportó entonces su saber hacer, nacieron así los primeros Hermitage, Crozes-Hermitage y Saint-Joseph de Ferraton.

En 1998 el viñedo hizo su conversión a la viticultura ecológica y más tarde se abriría también al cultivo biodinámico que hoy es parte indispensable de su filosofía. Este proceso respondía fielmente a la pasión del fundador de la bodega y a la larga historia de un domaine fiel devoto del terruño. En la actualidad, el joven equipo de la bodega mantiene intacto el entusiasmo y la energía propios de quienes viven la tierra y la vid, atentos observadores y abiertos a la experimentación, pero siempre con respeto por la tradición de esta región mundial del vino.

Hoy, Maison Ferraton Père & Fils se extiende también a otros terruños de renombre, de los que vinifica las uvas y madura sus vinos al amparo de la colina del Hermitage: Côte-Rôtie, Condrieu, Cornas, Châteauneuf-du-Pape, Côtes du Rhône, Côtes du Rhône Villages Plan de Dieu y Tavel. De estos terruños, las Sélections Parcellaires son la quintaesencia de su trabajo, un reflejo fiel de los suelos cultivados biodinámicamente y de los que resultan unos vinos tan encantadores como escasos.