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Fontanabianca
Hay un lugar en las Langhe que parece arremolinar un torbellino de novedades año tras año, y ya van varias vendimias. Una concentración de nuevas energías y una...
Año de fundación | 1969 |
Enólogo | Matteo Pola, Aldo Pola |
Viñedo propio: | 14 / ha |
Producción anual | 70.000 botellas |
País | |
Regiones | |
Uvas |
Vino de Fontanabianca
Fontanabianca
Hay un lugar en las Langhe que parece arremolinar un torbellino de novedades año tras año, y ya van varias vendimias. Una concentración de nuevas energías y una preciosa bodega en Neive, una de las localidades que acogen los legendarios nebbiolos de Barbaresco. Al frente de esta bodega se encuentra hoy Matteo Pola, el primero en contagiarse de la irresistible pasión por la viña de su padre Aldo. "El vino es perfume y elegancia", reza el lema familiar. Y no puede negarse que este es ciertamente el principio que inspira el estilo de Fontanabianca, con unos nebbiolos vivos, ágiles y afrutados, sin desmerecer las largas maduraciones que este tipo de vinos requiere, también por tradición.
Sobre los típicos suelos de caliza y arcillas de las Langhe, los Pola gestionan unas 14 hectáreas, con algunas parcelas con fuertes pendientes. Y en ellas, algunos de los mejores viñedos de la zona de Barbaresco, tanto de uvas de nebbiolo como de otras variedades típicas. Todos los trabajos se realizan a mano y respetando la naturaleza, no en vano Fontanabianca es una bodega distinguida con el caracol emblema del movimiento SlowFood y pertenece al circuito piamontés de productores de la 'Green Experience', un especie de sello propio de certificación ecológica. La bodega es moderna en todos los aspectos, también en la convivencia de grandes toneles con pequeñas barricas.
Una bodega familiar, en definitiva, con una producción que no alcanza las 70.000 botellas anuales, de las cuales menos de 20.000 con denominación Barbaresco. Los Pola no explotan el territorio, sino que dejan que sea el terruño el que se exprese con naturaleza, de un año a otro. Cuentan también con algunas parcelas selectas: el viñedo Bordini, del que proceden unos nebbiolos ricos y con taninos dulces, y el Serraboella, con vinos jugosos, enérgicos y extremadamente refinados.