Ferrari

La historia de Giulio Ferrari, procedente de una adinerada familia de la región de Trentino, es toda una leyenda entre las empresas italianas y, sin duda, un ejemplo a seguir y un modelo a estudiar. Nacido en 1879, Giulio siguió sus estudios en la escuela agrícola de San Michele all'Adige, pero pronto amplió sus intereses estudiando en Montpellier, Rheingau y finalmente en la Champagne. Importó a Trentino muchas variedades norteuropeas, pero sobre todo, incentivado por las inversiones del Imperio Austrohúngaro al que pertenecía la región, inició una tradición de espumosos a partir de las variedades que se encontraban en Lavis y que vinificaba con el método champenois. Ese fue su gran punto de inflexión.

Las primeras botellas de "Champagne Maximum Sec G. Ferrari Trento Autriche" salieron al mercado a principios del siglo XX siguiendo unos rigurosos criterios de producción y venta: disponibilidad limitada, distribución según asignación, altos precios. Damnificado por la filoxera y la Iª Guerra Mundial, tras la contienda Ferrari pasa a encontrarse en territorio italiano a principios de 1918. El mercado cambia radicalmente y se complica (en Italia la oferta de vino ya era extensa y diferenciada), pero Ferrari no se desanima y conquista al público de las grandes fiestas con sus vinos espumosos, cuya producción lleva a cabo junto con Bruno Lunelli, un joven enólogo de Trentino.

En aquel entonces la producción todavía era limitada en cantidad y, para protegerla de los saqueos de la guerra, Ferrari y Lunelli habían escondido algunas partidas en la bodega desde 1937. Recuperadas después de casi diez años descansando en contacto con sus levaduras, las botellas de estos espumosos de larga crianza resultaron extraordinarias. Este fue el inicio de los Reservas de Ferrari, destinados a convertirse en una referencia entre los espumosos de todo el mundo, incluso cuando la bodega pasó a ser completamente dirigida por los Lunelli.

La linea Maximum representa la puerta de acceso al catálogo Ferrari. Una gama de espumosos elegantes, con mucha clase y con una inmejorable relación calidad-precio. Espumosos versátiles en sus maridajes, excelentes acompañando toda la comida e ideales en cualquier ocasión. Lo mejor de la DOC Trento de montaña y lo mejor del chardonnay y el pinot nero en una selección de espumosos que nos regalan un fantástico viaje sensorial. Con un mínimo de 5 años de envejecimiento en contacto con sus levaduras, Perlé es sin duda el mejor espumoso italiano en cuanto a relación calidad-precio. Sin olvidar, por supuesto, los grandes Reservas: Perlé Bianco, el hermano menor del Giulio Ferrari, y el Perlé Nero, posiblemente el más grande blanc de noirs italiano. Los Reservas de Ferrari son posiblemente los únicos Metodo Classico capaces de competir con los mejores champagnes. No sería justo comparar terroirs tan profundamente diferentes, pero las altitudes y pendientes del consorcio de Trentino son quizás las únicas que pueden acercarse, en este lado de los Alpes, al gran modelo francés. Giulio Ferrari no necesita presentación: aterciopelado, cremoso, inmenso, con diez años en contacto con sus levaduras que dan lugar a un conjunto explosivo en cuanto a estructura, frescura y sabor. ¿Y qué decir del Riserva Lunelli? Como hermano pequeño de un gigante no cabía esperar menos que otro gigante.