Ermes Pavese

Ermes Pavese es el típico viticultor de montaña que elabora el vino artesanalmente en su mismo lugar de procedencia, en este caso en el municipio de Morgex, donde realiza verdaderos milagros. Ermes comenzó su actividad en 1999, tras haberse iniciado bajo la dirección de Marziano Vevey, un histórico productor del Valle de Aosta. Rodeados por los Alpes y por algunas de sus más famosas estaciones de esquí, los viñedos del Valle de Aosta son considerados los más altos de Europa y se localizan a unas altitudes de entre 800 y 1200 metros sobre el nivel del mar.

Los suelos arenosos y el típico clima alpino, de inviernos muy fríos y veranos suaves, obviamente dan lugar a una viticultura muy extrema en esta región. Es necesario aprovechar los rayos de sol cultivando los pocos terrenos con exposiciones favorables, pero también disponiendo terrazas, cuando es posible, con el fin de aprovechar los suelos de los anfiteatros empinados e inaccesibles. A estas vertiginosas alturas la única variedad que se adapta perfectamente a la nieve y al frío es la Prié Blanc, considerada por muchos como la única variedad indígena blanca del Valle de Aosta. Cultivada generalmente en pie franco (ni siquiera la filoxera tiene fácil su supervivencia en este territorio), la Prié Blanc crece en esta región desde finales del siglo XIII, expresándose con aromas delicados pero embriagadores y, sobre todo, con una acidez muy destacada y frecuentemente cítrica.

Aunque no cuentan con certificación, los viñedos de Ermes Pavese están conducidos ecológicamente y se cultivan en espaldera y sin ningún tipo de proceso mecanizado. Los racimos maduran saludablemente y ofrecen un Prié Blanc clásico y de elegante tipicidad. La vendimia tiende a retrasarse con el fin de asegurar unos vinos armónicos, intentando suavizar y equilibrar su acidez. Blanc de Morgex et de La Salle, aún siendo el más sencillo de la bodega, es un vino de mineralidad muy destacada a la que añade notas muy refinadas de espino. Por su parte, Blanc de Morgex Nathan, procedente de una selección de viñedos de más de cuarenta años de edad, se revela más redondo gracias a dos días de maceración y batonnage en la bodega. En resumen, vinos de una estructura evanescente que podríamos definir como cerebrales e intelectuales, pero que en el periodo estival se descubren como auténticos campeones tanto en las comidas como fuera de ellas.

Pero Ermes también es un personaje que bebe de la tradición y fue el primero en intuir el potencial del Prié Blanc como base de los excelentes espumosos del metodo classico. Un producto sensacional que hoy en día constituye la punta de lanza de su catálogo. Los espumosos de Ermes se caracterizan por un envejecimiento en contacto con sus levaduras que va de los 18 a los 36 meses y, sobre todo, por no añadir licor de expedición. Una interpretación libre y sin compromisos del metodo classico, cremoso sí, pero agudo y vertical en su acidez y sabor. Su ejemplar de 36 meses es toda una delicia de la que se elaboran 900 botellas anuales (del total de 9000 botellas que produce la bodega anualmente).