Domaine Kientzler

El domaine Kientzler se ha transmitido de padres a hijos durante 5 generaciones perpetuando el amor por los grandes vinos y por la gastronomía. Cultivado desde el mayor respeto por la tierra y el medio ambiente, el viñedo se extiende por cerca de 14 hectáreas, de las cuales 4,4 corresponden a Grands Crus, repartidos por los pueblos de Ribeauvillé, Bergheim, Hunawihr y Riquewihr.

El terruño alsaciano y, más concretamente, las fincas Grand Cru, han merecido elogios durante siglos por su propensión a la elaboración de grandes vinos. Los substratos presentes en el suelo y los microclimas, ambos únicos en cada Grand Cru, se muestran e imprimen a los vinos la marca de su terruño, una dimensión y un volumen en boca incomparables, con un equilibrio muy destacable. No obstante, la única forma de obtener lo mejor de cada uno de estos particulares viñedos es conocerlos muy a fondo para poder plantar en cada uno de ellos la variedad que mejor se adapte a sus características, algo que en Kientzler llevan largos años haciendo. Aunque estas tierras hacen que el desarrollo de la botritis sea muy raro y tardío, su calidad es excepcional si se produce. La impronta del hongo se siente en la complejidad y el equilibrio de unas uvas altamente concentradas, que completan maravillosamente la salinidad y la estructura ácida de estos vinos.

Actualmente, Kientzler elabora diversos estilos de vino. Su fama se inicia con los vinos genéricos de la región alsaciana, fiel reflejo de las variedades de uva locales en un estilo seco. Destacan por su elegancia y la sincera expresión de la fruta. Después, encontramos los llamados vinos de terruño, Estos vinos provienen de selecciones de parcelas de las mejores viñas en los municipios de Ribeauvillé, Bergheim y Hunawihr. Son vinos más concentrados y estructurados que ya tienen un fuerte vínculo con el terruño. Además de crémants elaborados con el método tradicional, Kientzler fundamenta su gran nombre en los vinos Grand Cru y en los vinos dulces. Los primeros, son el verdadero buque insignia de la calidad alsaciana, el resultado de un trabajo meticuloso y la combinación perfecta de una variedad de uva y un terruño. Estos grandes vinos gastronómicos se distinguen por su tensión, su volumen en boca y su profundidad mineral. Los dulces, por su parte, están elaborados con uvas cosechadas durante añadas que combinan condiciones climáticas excepcionales. Las brumas matutinas seguidas de días soleados son favorables para el desarrollo de podredumbre noble (botritis) y de uvas muy maduras, capaces de producir vinos notables con concentración y equilibrio ejemplares.