Durante 10 generaciones, la familia Bourgeois ha volcado esfuerzo y emoción en trabajar la viña, crear vinos y compartir su personalidad.
Para los antepasados, la vid ya era una pasión a la que se dedicaban con todo su corazón, además de los necesarios cultivos alimentarios y la cría de unas cuantas cabras. Pero el actor del gran punto de inflexión en la historia de la Familia fue Henri Bourgeois. Partiendo del cultivo de dos hectáreas en las colinas de Chavignol, hizo la audaz apuesta, en la década de 1950, de dedicarse a sus viñas en una región aún poco conocida. Allí nacieron vinos de calidad a los que prestó su nombre.
Desde el año 2000 también dirigen Clos Henri en la afamada región neozelandesa de Marlborough. Ubicado en las estribaciones del valle de Wairau, tallado por poderosas fuerzas glaciales y tectónicas, el Clos Henri Estate se asienta sobre algunos de los suelos más fascinantes de Marlborough.