La historia de esta bodega comienza con Joseph Fahrer, quien, como uno de los pioneros viticultores de Saint-Hippolyte, decidió embotellar y vender sus vinos. Con una señal de "venta de vinos" en la entrada de su casa, dio inicio a una tradición familiar que ha crecido con cada generación. Armand, su hijo y segunda generación, expandió la finca y, en 1954, decidió concentrarse exclusivamente en la producción de vinos AOC Alsacia. Con el apoyo de su esposa Liliane, creó una bodega de almacenamiento, y la familia aprovechó el auge turístico y vinícola de las décadas de los 60, 70 y 80.
Tras el fallecimiento de Armand en 1992, Liliane y su hija Sylvie, junto a su compañero Yvan, continuaron desarrollando la bodega, sumando además habitaciones de alojamiento para los visitantes.
Hoy, Raphaël, en representación de la cuarta generación, está dedicado plenamente a la producción de vinos AOC Alsacia, honrando su legado familiar con respeto hacia la vid y el terroir.