Château Lafon Rochet

La historia de Lafon-Rochet data del siglo XVII. La propiedad se conocía entonces como Domaine Rochet y pertenecía a Antoinette de Guillemotes, que se casó con Etienne de Lafon, quien renombró la finca bajo el nombre Château Lafon-Rochet.

Durante los siguientes 150 años, el Château fue mantenido por los herederos de Etienne de Lafon, quien se enfrentó a la enfermedad del viñedo y las dificultades económicas, y llevó a Lafon-Rochet a la clasificación de 1855 de Grands Crus du Médoc como 4ème Cru Classé.

Desde 1959 es propiedad de la familia Tesseron que reconstruyó el Château y replantó el viñedo para iniciar el renacimiento y convertirla en lo que es hoy.

Los vinos de Lafon-Rochet fueron, durante muchos años, criticados por ser excesivamente tánicos y austeros y, en general, se los consideró carentes de encanto. En la actualidad, las técnicas mejoradas de viticultura y un mayor porcentaje de Merlot en la mezcla final han llevado a expresiones más puras de fruta y los vinos son generalmente más flexibles y elegantes. Lafon-Rochet necesita al menos 10 años de envejecimiento en botella para mostrar lo mejor posible.