Celler Mas Doix

Mas Doix es una pequeña propiedad familiar que lleva cinco generaciones ligada a la viticultura. La actual bodega fue creada por las familias Doix y Llagostera en 1998, retomando la elaboración de vinos, iniciada en 1850 e interrumpida por la filoxera. Las medallas obtenidas por Juan Extrems Doix, abuelo de Juan Doix en las exposiciones universales de 1878 y 1888 son claras muestras de la calidad que los vinos de la firma ya atesoraban por entonces. En 1902, después de la filoxera, se plantaron de nuevo garnachas y cariñenas, cuya producción se enviaba a la cooperativa de Poboleda, hasta que en 1999 se reinició el proceso de elaboración propia.

Hoy en Mas Doix siguen trabajando con el mismo esfuerzo y la misma pasión de antaño, cultivando la viña y buscando elaborar, a partir de sus frutos, vinos con el distintivo carácter del histórico Priorat. El respeto por el viñedo y su entorno son máximos, solo así se consigue que la licorella impregne todos los vinos de la firma y que se sientan en cada uno de ellos la orientación y el microclima de cada parcela. Garnacha y cariñena son las herramientas principales con las que Mas Doix elabora vinos frescos, elegantes y equilibrados, que basan su expresividad en la complejidad aromática y gustativa, no en los excesos. Son vinos minerales y rigurosos, fruto de un minucioso proceso de elaboración.

Preservar, mantener y cuidar las viejas viñas de garnacha y cariñena, plantadas en 1.902 es objetivo primordial. El respeto al entorno, la cultura local y sus gentes son los elementos básicos que se esconden en cada botella. Desde la selección de las uvas en la viña, hasta la guarda del vino en las barricas de roble francés, todo en Mas Doix es precisión, casi obsesión, solo así se consiguen vinos de máxima expresión a partir de un gran terruño. El pueblo de Poboleda, donde se encuentran las viñas de Mas Doix, está situado en la parte noroeste del Priorat, al abrigo de dos barreras naturales: la sierra del Montsant y la Sierra del Molló. Esta situación le permite beneficiarse de la fresca brisa que entra por el noroeste disminuyendo la temperatura media y alargando el proceso de maduración, por lo que la cosecha en Poboleda es unas dos semanas más tardía que en Gratallops, tiempo que ganan las uvas para acumular complejidad y aromas de ensueño.