Bruma del Estrecho de Marín

Bruma del Estrecho de Marín es el proyecto resultante de la suma de las ilusiones de Elena Pacheco (enóloga y experta en viticultura) e Isio Ramos (distribuidor de vinos). Elena ha pasado la mayor parte de su vida en Jumilla, rodeada de viñedos familiares e Isio completa el saber de Elena con una perseverancia y una inquietud constantes y una enorme pasión por el vino.

Tras años de colaboración en otros proyectos, surgió la idea de aunar esfuerzos para elaborar grandes vinos con la uva monastrell, dejando que el terruño mostrara todo su carácter, sin maquillaje tecnológico alguno. Ellos sienten Bruma del Estrecho de Marín como la oportunidad que la tierra les brinda de seguir aprendiendo y de devolver al mundo del vino todo lo que les ha dado.

Su objetivo principal es que cada viñedo se exprese libremente según su microclima, suelo, localización y edad y, a tal fin, emplean métodos de cultivo y elaboración tradicionales aprendidos de los agricultores de la zona.

El proyecto está basado en tres vinos de paraje: Marín, Las Encebras (blanco de airén) y Las Chozas; y cuatro parcelas: Mandiles, Navajuelos, Vereda y Particiones. Su obsesión por el terruño, por sentir la diferencia de cada suelo en la copa, llega hasta el extremo de no comercializar el vino de un parcela en años en que el clima no acentuó suficientemente su carácter. El uso de la madera es muy limitado, para evitar que desdibuje la pureza de la fruta y se pueda percibir el suelo pedregoso o el arenoso, la orientación sur o norte.

En definitiva, Bruma del Estrecho supone un firme paso adelante para la región y para la uva monastrell; sus vinos son elegantes y equilibrados, nítidos y honestos, sin sobremaduraciones y de acidez vibrante, vinos que adentran sus raíces muy hondo en los viejos suelos de la DO Jumilla.