Bodegas y Viñedos La Legua

La Legua es una bodega familiar que ha sido y es el lugar de reunión de la família Fernandez Escribano desde hace más de 50 años. Empezando con la elaboración de una pequeña cantidad de vino para disfrute de familia y amigos cercanos, nuestro vino viaja hoy por todo el mundo, manteniendo la misma calidad, cuidado e ilusión de siempre. Para nuestra familia, cada botella que sale de la bodega va dirigida a un amigo de La Legua. Nuestra apuesta es ofrecer vinos de calidad, con carácter y personalidad propia. Para conseguirlo, nuestros vinos se elaboran exclusivamente con uva de la finca La Legua,
cultivada con esmero y seleccionada con cuidado y cariño. El viñedo se encuentra repartido en un total de siete grandes parcelas, que rodean a las instalaciones de la bodega y de la casa familiar. Cada una de estas parcelas tiene sus características propias, por lo que el cultivo se dirige a respetar la naturaleza y conservar estos aspectos diferenciales del terreno, maximizando así el potencial de cada una de ellas.
Este cultivo diferenciado por parcelas tiene posteriormente también su reflejo en los procesos de elaboración seguidos en la bodega que, empleando además levaduras autóctonas, dan lugar a unos vinos con una personalidad única. Las modernas instalaciones de la bodega que permiten proporcionar al vino toda la atención necesaria para que su desarrollo sea el más adecuado durante todo su tiempo de elaboración y posterior envejecimiento, se construyeron sobre los pasadizos y túneles de la más de tres veces centenaria bodega antigua. Nos encanta recibir a visitantes, y mostrarles las viñas y la bodega moderna pero también los pasadizos subterráneos de la bodega antigua, dónde tomaron aliento las tropas de José Bonaparte antes de su entrada en la ciudad de Valladolid. Al descubrir los grandes vinos de la bodega, los franceses retrasaron su viaje y comenzaron a degustarlos hasta agotar las existencias. Este episodio contribuyó a dar a José Bonaparte el apelativo de Pepe “Botella”. Hoy en día, estas mismas bodegas centenarias se mantienen en su estado original, están conectadas con la moderna sala de barricas a través del “túnel del tiempo”, y pueden ser disfrutadas en cada visita que recibimos por vosotros, nuestros amigos de La Legua.