Bodegas Rodero

Carmelo Rodero procede de una amplia familia arraigada en el corazón de la Ribera del Duero, donde sus abuelos fueron socios fundadores de la Cooperativa vinícola de Pedrosa a mitad del siglo pasado. Más adelante la familia se desmarcaría de la cooperativa para vender sus uvas a Vega Sicilia, hasta que en 1990 la propiedad inició su propia andadura como bodega. En 1991 salió al mercado el primer vino de la bodega y, desde entonces, además de ampliar sus propiedades y construir sus modernas instalaciones, el nombre de Carmelo Rodero se ha hecho un hueco entre los grandes.

Los viñedos de Bodegas Rodero actualmente ocupan una superficie de 140 hectáreas, repartidos por el término municipal de Pedrosa de Duero, Boada de Roa, Roa y Mambrilla de Castrejón, donde poseen una viña de 16 hectáreas junto al río Duero. La edad media del viñedo se sitúa en más de 30 años, conjugando viñedo más joven con otros que tienen en su haber cerca de 100 vendimias. El 90% del viñedo corresponde a la autóctona tinta del país, el 7% a cabernet sauvignon y el 3% a merlot.

La personalidad de los vinos de Carmelo Rodero nace de la afortunada combinación de dos factores: las características únicas e incomparables de sus viñedos, conjugadas con las más innovadoras técnicas de elaboración. La familia Rodero apostó por el futuro y la calidad sabiendo que la base de un gran vino se encuentra siempre en la excelencia de sus “perlas negras” que es como a Carmelo le gusta denominar al fruto de sus viñas. Todo este esfuerzo y búsqueda de la calidad se ha visto recompensado con los galardones a nivel nacional e internacional que han merecido sus vinos.