Bodegas Luis Cañas

Tras el nombre de Luis Cañas se alza una familia humilde, la historia de cuatro generaciones de esfuerzo y pasión por el viñedo. La tradición familiar se remonta a más de un siglo atrás, cuando se elaboran vinos jóvenes en la Cueva de los Curas, una antigua bodega excavada en la tierra y conservada aún hoy. Por aquel entonces, era el ya fallecido Carlos Cañas, padre de Luis Cañas, el que transportaba los vinos con carros tirados por mulos, atravesando la Sierra Cantabria y los Montes de Vitoria.

Luis Cañas, el fundador y la persona que dio nombre a la bodega, nació en 1928 y trabajó incesantemente para elevar la calidad de los vinos que vendía a granel, hasta que en 1970 salió al mercado el primer Luis Cañas embotellado. Poco después se construiría la bodega y empezaría a cimentarse la sólida reputación de Luis Cañas como una de las firmas más admiradas de la Rioja Alavesa. En 1989, un joven Juan Luis Cañas, hijo de Luis, apostó con fuerza por elaborar vinos de crianza y cinco años después se construyó la nueva bodega, una construcción moderna con todo lo necesario para elaborar vinos de la máxima calidad y de estilos diversos.

Con todo, la gran obsesión de la firma de Villabuena se centra en el viñedo, pues entienden que sin una uva excelsa resulta imposible elaborar grandes vinos. Al abrigo de la Sierra Cantabria, las viejas vides luchan por obtener el sustento a partir de un suelo de escasa fertilidad y, pese a no ofrecer grandes producciones, sí son capaces de regalar a los vendimiadores fruta de una excelente calidad. Pese a su avanzada edad, el sistema inmunitario de las plantas les permite defenderse por sí solas, gracias a la terminante prohibición del uso de herbicidas o abonos sintéticos. Se cierra pues el círculo y las cepas producen uvas sanas que dan lugar a vinos sanos en una tierra sana, la herencia que Luis Cañas quiere legar a las futuras generaciones.