La historia de **Bodegas Finca Algarve** comenzó en 1955, cuando Manuel Rodríguez Lareiro, junto a su esposa Francisca, adquirió su primera finca en Mendoza. En honor a su tierra natal en el sur de Portugal, de donde emigró en 1920, la llamó “Finca Algarve”. Con el tiempo, expandió la propiedad mediante la compra de fincas colindantes, dando origen a las 100 hectáreas de viñedos actuales, dedicadas a la producción de uvas viníferas de alta calidad. Su hija, el alma y motor del proyecto, heredó la pasión de su padre y marcó el camino a seguir para las generaciones futuras.
Como tercera generación de productores, la bodega mantiene una filosofía basada en el respeto y el disfrute del vino. Considerado una bebida noble, el vino no solo se aprecia desde lo enológico, sino también como un símbolo de encuentro entre familia y amigos. Es en esos momentos donde se conectan los Cinco Sentidos (olfato, gusto, oído, tacto y vista), pilares fundamentales que siguen guiando la esencia de la bodega.