Bodegas Albamar

Pueden leer aquí la Entrevista a Xurxo Alba.

Viñedos cercanos al mar y uvas sin despalillar

Xurxo y los suyos trabajan tanto viñas propias como arrendadas y están plantando nuevos viñedos, siempre cercanos al mar, hecho que explica el salitre y la tierra húmeda de la marea baja que se sienten al degustar sus vinos. Viñedos de variedades tradicionales plantados sobre las tierras graníticas de Salnés. Conduce las cepas tanto en el clásico emparrado como en espaldera y gusta de pasear por el viñedo con todo aquel que muestra interés por su trabajo, mostrando con orgullo cómo y por qué hace las cosas. No despalilla los racimos (de hecho, no tiene despalilladora) y no suele trabajar las lías, simplemente intenta respetar la pureza de la uva y acompañarla para extraer toda su esencia con la innegociable ayuda de las levaduras silvestres.

Vinos bebibles, blancos pero también tintos

En Bodegas Albamar saben que Galicia vive un momento dulce. Vinos frescos y de menor estructura que estaban en el olvido se están recuperando y cada vez hay más público que los demanda, que desea vinos bebibles, de menor grado alcohólico y mucho más frescos, más divertidos. Incluso el buen vino tinto gallego empieza a contar con sus adeptos, dando forma a un movimiento que parece ya imparable.

Blancos de albariño

Sabemos que el albariño es la gran uva blanca de las Rías Baixas y también la diva con la que Xurxo Alba elabora sus vinos más representativos. Desde Albamar, su vino de mayor volumen que se agota anualmente al poco de ver la luz, hasta el Alma de Mar, uno de los vinos más grasos y minerales de la bodega, con un poco habitual trabajo de las lías, el albariño muestra una y mil caras en manos del joven genio de Cambados. Pero la cosa no acaba ahí, O Sebal, el vino sin sulfitos que Xurxo elabora fuera de la DO a partir de una viña vieja de suelos graníticos, es también un monovarietal de albariño, así como el 69@, un blanco vertical fruto de la suma de las uvas de un puñado de pequeñas parcelas de marcado carácter salino y el PAI, un homenaje a su padre, un vino complejo, redondo y fresco, obtenido a partir de 3 vinificaciones distintas: maloláctica en fudre, maloláctica en inoxidable y una tercera parte sin acción de las bacterias lácticas.

Caíño tinto, mencía y espadeiro

Pese a ser un enamorado del albariño, Xurxo trabaja también con otras variedades autóctonas, algunas de ellas poco conocidas fuera de tierras gallegas, como la caíño tinto. Si encontrar monovarietales de esta variedad es algo todavía excepcional, hacerse con un blanc de noirs de la estilizada uva tinta se antoja imposible, o casi. Gracias a Albamar y a la mente inquieta de su capitán (término que Xurxo emplea para dirigirse a sus amigos) podemos deleitarnos con la energía y la marcada personalidad de Albino, un vino blanco que homenajea a los tradicionales vinos de corrido (lágrima).

Con la misma uva, Xurxo elabora también O Esteiro Caiño Tinto, vino que comparte nombre con otros tres. O Esteiro da nombre a un vino tinto que combina las variedades mencía, caíño tinto y espadeiro, pero también a las tres uvas vinificadas por separado. Así, si nos decantamos por el equilibrio del coupage debemos apostar por O Esteiro. En cambio, si buscamos frescor, nuestro vino será el O Esteiro Caíño Tinto; O Esteiro Mencía si buscamos sabor y redondez y O Esteiro Espadeiro si nuestra debilidad es la elegancia.

Destaquemos también el tinto Fusco, uno de los pocos vinos de Xurxo Alba fuera de las Rías Baixas. Se trata de un monovarietal de mencía, fresco y sin madera que, de algún modo, consigue trasladar el estilo Albamar a la Ribeira Sacra. Mineralidad en forma de humo, la tanicidad de la piel de las ciruelas y el perfume de la naranja describen solo un parte de su encanto.

Un apunte final: los vinos de Albamar se elaboran en un pequeño edificio en Cambados, una pequeñez que agranda todavía más su excelente producción y el porvenir de toda la región.