Bodega Casar de Burbia

Casar de Burbia es una bodega puramente familiar que fue fundada por Nemesio Fernández Bruña, primera generación de una saga de viticultores y vinificadores de viñas, como ellos mismos gustan en llamarse, que ha llegado hasta nuestros días. Aquel chiquillo al que, allá por los años 40, se le encomendaba la limpieza de los tinos de barro al ser el único que cabía por las estrechas bocas, decide en 1989 hacer su sueño realidad y empieza a adquirir viñedos viejos en el Bierzo. Obsesionado por la altitud y la frescura, su apuesta se centra en la búsqueda de parcelas de montaña, zona que en aquella época todo el mundo abandonaba por el elevado coste de producción de la uva y el bajo precio de venta de la misma. Hoy, Casar de Burbia cuenta con un patrimonio de 52 pequeñas parcelas que suman un total de 27 hectáreas y, a partir de las cuales se elaboró en 1998 su primer vino embotellado. Desde entonces, a lo largo de cada ciclo vegetativo no han dejado de aprender y evolucionar para trasladar a cada botella la esencia del mejor Bierzo.

El gradual relevo generacional ha llevado a Isidro Fernández, el pequeño de los tres hijos de Nemesio, a trabajar como asesor de viña y como enólogo. Apoyándose en Fermín Uría, enólogo hijo del que fuera fundador de la reputada bodega Dominio de Tares, Isidro ha impulsado y desarrollado cada vez más las labores de viticultura.

En Valtuille de Arriba, un pequeño pulmón vitícola de Vilafranca del Bierzo próximo a Galicia, cuentan con 26 hectáreas de viñedos de montaña que trabajan manualmente y en ecológico pese a las fuertes pendientes (entre 15-35% de inclinación) en las que se encuentran. Cada una de las viñas se vinifica por separado para poder conocerla y interpretarla a la perfección. A nivel elaborador siempre se quisieron hacer los vinos que producen en la actualidad, vinos que perdurasen en el tiempo y que ganaran complejidad conforme avanzaran en el tiempo.