'A Vita

Viticultor. Y punto. Este es Francesco De Franco. Aclamado incluso por el New York Times, pero con las manos bien arraigadas en la tierra. Habiendo emigrado, volvió a Calabria para dedicarse a elaborar vinos con largas maceraciones y bajos rendimientos, como se hacía antaño. Fue de los primeros en comprender que los vinos de Cirò, grandes tintos calabreses de uvas gaglioppo, deben vinificarse sin excesos de estructura ni opulencia.

Arcillas y margas impregnadas del yodo del Jónico son pobladas por viejas viñas cultivadas ecológicamente. Solo 15.000 botellas al año y unas 8 hectáreas de esta maravilla. Joven y ágil, su Cirò Classico se define por unas notas de cereza, casis, clavo, sapidez y frescura en abundancia. Un pequeño gran vino fiel al territorio, sutil pero extraordinariamente lleno de carácter.