- Carrer Pont, 9, 43739 Porrera
- +34 977 828 244
- celler@vallllach.com
- http://www.vallllach.com/
Celler Vall Llach
Vall-Llach es rigor, calidad y territorio desde que fue creada a principios de los años 90 por Enric Costa y Lluís Llach, en Porrera, uno de los nueve pueblos que conforman la D.O.Q Priorat,...
Enólogo | Salus Àlvarez y Albert Costa |
País | |
Regiones | |
Uvas |
Vino de Celler Vall Llach
Celler Vall Llach
Vall-Llach es rigor, calidad y territorio desde que fue creada a principios de los años 90 por Enric Costa y Lluís Llach, en Porrera, uno de los nueve pueblos que conforman la D.O.Q Priorat, en el sur de Catalunya. La primera vendimia del Celler fue la del 98 y el primer vino llegó al mercado a finales del año 2000.
La filosofía de empresa ha sido siempre apostar por la microproducción controlada con el objetivo de que la calidad prevalga siempre por encima de la cantidad. Igualmente, Vall-Llach se ha marcado un techo en la expansión de la producción y crecimiento, con el fin de no perder jamás el control personalizado y exhaustivo de cada uno de los procesos. Todo ello y el carácter único del Priorat permite a este referente del vino catalán ofrecer unas botellas verdaderamente fascinantes y exclusivas.
La tierra del Priorat es un poema de pendientes y hondonadas, una piel de sombras y luces que hablan del esfuerzo secular de sus habitantes. Un lenguaje de cimas y depresiones, de márgenes y roquedos que expresan las dificultades que las vides tienen que superar para ofrecer su tesoro. Estas condiciones adustas, casi salvajes, con un clima poco temperado y una pluviometría escasa, son las que otorgan a la bodega de Porrera el privilegio de obtener uno de los mejores mostos del mundo. El Priorat hace de la relación del ser humano con la tierra, un delicado equilibrio entre el esfuerzo de un cultivo durísimo y el disfrute de unos resultados únicos. Cuando caminas por los viñedos de “llicorella” (pizarra), comprendes que estás pisando uno de los factores más apreciados del Priorat y la clave más secreta de la calidad de sus vinos. La vid y sus raíces, buscan y penetran las minúsculas rendijas entre los trozos de “llicorella”, entrando en una extraña relación de amor y odio, de supervivencia y destrucción. Por ello, desde Vall Llach, afirman orgullosos que su mejor enólogo lo tienen bajo los pies, en unos suelos de ensueño.