Recién cae el vino en la copa inunda la habitación entera. Intensísimo. Toda la familia de aromas a fruta muy madura y oxidación, barnices, dulce de leche, avellanas. Muy especial el impacto a eucalipto que lo abre hacia un perfil más fresco que lo aleja un poco de sus primos jerezanos.
La boca es enorme, cálida y aterciopelada. No se muestra dulzón en exceso, al contrario, es firme y con buena acidez.
Entre trago y trago pueden pasar 10 minutos y el vino sigue estando contigo. Grandísimo compañero para una larga tertulia
